Cambiar el mundo no es utopía, como no lo fue abolir la esclavitud o el feudalismo. Mejorar las políticas de los países es más sencillo de lo que parece. Si hemos sido capaces de domesticar nuestro instinto para mejorar nuestra sociabilidad animal ¿qué no seríamos capaces de lograr si universalizamos una educación de calidad, basada en destrezas intelectuales, en una gestión emocional sana, en el ejercicio físico y en valores de gran calidad ética?
Desconfiad de aquel que diga que el mundo siempre ha sido así y no se puede cambiar: la educación no es utopía sino un homenaje evolutivo, es una ciencia artística que ensancha las mentes y da nuevos colores con los que pintar este gran lienzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario