jueves, 20 de abril de 2017

La cuestión agraria en la España del siglo XXI

Viví varios años en el campo y he ocupado pueblos abandonados. Sé la labor que se hace. Sé cómo otros pueblos no-ocupados apoyan que venga gente joven y trabajadora a darle vida a la comarca.

No hablo de usurpación de propiedad privada: hablo de rehabilitar propiedades antaño abandonadas sin que sus legítimos propietarios hayan reclamado nunca su titularidad.

Existe un problema de masificación urbana y un problema de éxodo rural (debido a la terciarización de la sociedad española entre otras razones). Existe también un problema histórico, que se remonta a la Edad Media, que es la cuestión agraria, que se acentuó en el siglo XIX con las desamortizaciones, y quedó así, sin resolverse,hasta nuestros días.

Vivimos tiempos oscuros en los que hay que pagar impuestos revolucionarios estatales por autoabastecerse con energía solar. Miles de hectáreas son abandonadas mientras millones de personas sin empleo se hacinan en las ciudades.

Las Administraciones, lejos de abordar el histórico asunto, zancadillean cualquier iniciativa de autogestión, de sostenibilidad, de revitalización de esa España que muere lentamente. Como sucedió en Somontes, la Junta de Andalucía prefería la especulación y el abandono de tierras y personas antes que permitir la autogestión de varias familias que trabajaban durísimo para sacar frutos de la tierra, para vivir de su esfuerzo.

Frente al paradigma oficial de "la tierra es de quien la hereda", existe otro que reza "la tierra es de quien la trabaja". No hablo de usurpar minifundios o terrenos en uso por sus legítimos propietarios. Me refiero a solucionar unilateralmente lo que las Administraciones soslayan por connivencia con los terratenientes y con la aristocracia. Que se lo digan a la difunta Duquesa de Alba, hija predilecta de Andalucía, beneficiaria de millones de euros en forma de ayudas rurales para engrosar su patrimonio aristocrático mientras sus bancales permanecen baldíos.



Ocupar, sí. Y mejor si es con K. Opino que es mejor sobrevivir dignamente plantando tomates y lechugas que pedir limosna en las ciudades en forma de prestación por desempleo. Y para el que no lo sepa, la okupación rural no es ningún paraíso: se trabaja durísimo, se pasa mucho frío, calor, hambre, enfermedades, miedo al desalojo y a perderlo todo... lo sé por experiencia.

En estos tiempos, no muy diferente a otros pasados, los gobiernos parecen más preocupado por evitar una incómoda okupación que pueda servir de precedente que en luchar contra sus propias corrupciones que son las que están desangrando este país. Es evidente su directiva: que nada cambie, que las estructuras de poder sigan igual.

Noticia: piden 4 años de cárcel y 30.000 € para repobladores en Castilla-La Mancha
http://www.elconfidencial.com/espana/2017-04-18/fraguas-guadalajara-okupas-repobladores-carcel_1368114/?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=ECDiarioManual

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